Las cosas que uno ve, pareces que fueran únicas, pero en realidad si uno va conociendo mas, se da cuenta que no es así, cuando una persona tiene un proyecto, en donde su visión es que sea uno de los mejores que existe y lo logra, pero desafortunadamente esta persona, en el desarrollo de su éxito se olvida del objetivo del proyecto, dándole prioridad a otra visión, el objetivo del proyecto ya no es igual, a lo que me refiero es al abandono de los buenos proyectos que tiene como finalidad mejorar la competencia, que son descuidados o por diversas razones son administradas por personas que no tienen ni la menor idea del objetivo de X proyecto, afectando a varias personas, sin importar el futuro de ellas.
Para contrarrestar este descuido, las personas afectadas tiene que poner mas de su parte, es decir, la persona afectada tiene que buscar mas de lo que obtiene, se tiene que exigir mas de si misma, obvien buscar nuevos caminos.
El origen de este texto es de una publicación en el Diario de Centro América (que abajo adjuento), en donde se ve que la educación no va evolucionando en beneficio del futuro de la humanidad.
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Ojos bien abiertos, estudiantes de periodismo
Ojos bien abiertos, estudiantes de periodismo
Hace dos semanas, una compañera de trabajo me invito a dar una charla a los estudiantes de Periodismo de la Universidad Mariano Gálvez. Confieso que tenía aproximadamente más de 10 años de no estar en una aula, y la verdad esperaba ver cambios importantes, escritorios ergonómicos diseñados especialmente para los alumnos, pizarrones inteligentes, toda esa tecnología que nos avasalla; pero al entrar, los escritorios son los mismos desde mis tiempos de estudiante, los pizarrones siguen igual y los salones siempre están fríos como el hielo, sin cuadros, sin plantas. Pero eso es lo de menos, lo que sí me revitalizó fue ver a ese grupo de jóvenes con ese brío en su mirada, ávidos para devorar el mundo y viéndome como una especie de iluminado por trabajar en este mundo de los medios escritos.
La hora que me habían otorgado se me fue como agua entre las manos, pues iba preparado para dar una plática sobre la profesión que me ha dado para el pan diario de mi familia y mío: la fotografía, pero la charla se fue hacia otro tópico que me pareció mucho más importante y que en mis tiempos de estudiante yo hubiese agradecido que me hablaran de esa manera, pues giró en torno a la profesión del periodista.
Aquí, un extracto de lo que platiqué con esos futuros comunicadores, si es que no se decepcionaron de mí. Primero les dije que esta profesión es un apostolado, al que hay que dedicarle más de 8 horas diarias, cosa de la que sacan provecho los dueños de los medios de comunicación para no pagar horas extras; me imagino que esta medida unilateral está contemplada en el Código de Trabajo.
Que no crean que todo lo que investiguen será publicado, pues si la noticia es contra uno de los anunciantes, amigo o conocido y que afecte los intereses del medio para el cual trabajan, la nota dormirá el sueño de los justos.
Las oportunidades de obtener un empleo con un buen salario, en sus inicios serán como encontrar una aguja en un pajar. La radio y la televisión pagan menos que un medio escrito. Los propietarios de los medios de comunicación son unas pocas familias, las cuales son poco plurales en su pensamiento.
Los medios escritos hacen alarde de democráticos y de respeto a la ley. Por ejemplo, la reciente compra de un medio escrito y en donde a todos los empleados se les hizo firmar un documento, en el que estaban de acuerdo en una rebaja de su salario, que iba de un 10%, 15% y hasta 20%. Los valientes reporteros de otros medios se quedaron mudos ante tal injusticia.
También se deberán preparar para que los júnior de esos medios asuman cargos importantes o sean columnistas, por el simple hecho de ser hijos de papi. Mientras que los periodistas de carrera siempre serán soldados, aunque hayan terminado su licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
Por lo anterior, ya es tiempo de que se forme un sindicato de trabajadores de los medios de comunicación social y hacer un contrapeso a los abusos de los dueños de los medios de información. Si no es ahora, no será nunca. Espero que no salgan con que es un ataque a la libre emisión del pensamiento, pues ésta no es exclusiva de los que ejercen la profesión, sino es de todos los guatemaltecos que ansiamos libertad, igualdad y pluralidad, además de participación sobre lo que se debe publicar, sin importar a quién se afecte. El periodismo que acá hacemos todavía está en pañales
Los medios se deben a los lectores, televidentes o radioescuchas, no a los anunciantes. La verdad y la veracidad son los bastiones de esta profesión. Así que lectores, ustedes también cuentan.
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